"Puede decirse que el grito de la Historia nace con nosotros y que es uno de nuestros dones más importantes. En cierto sentido, somos históricos todos los hombres"
Thomas Carlyle (1795 - 1881)

viernes, 4 de octubre de 2013

EL ENIGMA DEL RUBICUNDO

Soy el Mariscal Ney de Francia
Davidson, Carolina del Norte,  15 de Noviembre de 1846. La enfermera que atendía al enfermo moribundo no salía de su asombro ante la revelación efectuada por aquel hombre que, aunque misterioso, era respetado en la comunidad por su sabiduría y buenos modales. 
Sacudiendo la cabeza, la mujer se retiró del lecho donde yacía el enfermo, quien respondía al nombre de Peter Stewart Ney.
Pero, ¿quién era Peter Stewart Ney?
Nadie sabía nada de su pasado, salvo el hecho que era natural de Francia y que había llegado, en torno a 1818, en una fragata al puerto de Charleston, Carolina del Sur. 
El enfermo, en repetidas ocasiones, había rehusado desvelar su origen o, al menos, su procedencia, dejando que el misterio envolviese su figura.
Para conocer mejor la conexión existente entre este hombre y el famoso Mariscal francés habría que retroceder en el tiempo para estudiar la figura de aquel militar que, por su valor, fue llamado el más valiente de entre los valientes.


LA VIDA DE UN MARISCAL DE FRANCIA

Michel Ney nació en la población de Saarlouis, en Sarre, el 10 de Enero de 1769, en una familia humilde de breve pasado militar (su padre, Pierre Ney combatió en la Guerra de los Siete Años).
Debido a los escasos recursos económicos, recibió una educación básica por parte de los monjes de un convento de la Orden de San Agustín situado en la zona. Siendo niño, entra como aprendiz en una oficina de venta de licores de la región alemana del Sarre (Ney nunca tuvo dificultad para comunicarse en alemán debido a que su madre, Margarethe Grewelinger, era de ascendencia germana).
En 1787 decide que la vida que lleva no es la más indicada para él y, sin consentimiento paterno, se alista como voluntario en el 5º Regimiento de Húsares.
Michel Ney
Sus superiores supieron ver en el joven la encarnación del soldado perfecto: valiente, generoso, solidario, etc; además, comprendía, rápidamente, los mecanismos empleados en el campo de batalla. Es por ello que los oficiales que tuvieron a Ney a sus ordenes emplearan los medios a su alcance para promocionar la vida militar del muchacho, quien pronto tendrá el escenario perfecto para demostrar sus dotes en la batalla.
Con el estallido de las llamadas Guerras Revolucionarias, Ney es destinado al frente del Rhin, bajo las ordenes del General Jean Baptiste Kébler (1753 - 1800), en el cual desplegó sus conocimientos militares, siendo, por ello, ascendido de Teniente (1792) a General de brigada (1796) en apenas cuatro años, permaneciendo en el frente oriental hasta 1799.
Ocurrido el Golpe de 18 Brumario (9 de Noviembre de 1799), Ney rechaza la actitud que ha desarrollado Napoleón para hacerse con el poder, criticando la medida abiertamente. Sin embargo, a petición de su esposa, Aglaé Auguié, accede a minimizar sus criticas y procede a entrevistarse con el Primer Cónsul. Tras este encuentro, ambos, Napoleón y Ney, se percatan de que pueden conseguir mucho uno del otro.
Continua combatiendo en el frente oriental, de donde es nombrado Ministro plenipotenciario para los asuntos helvéticos (1802) donde permanecerá por espacio de pocos meses, hasta su traslado a Boulogne donde Napoleón le tiene reservada una importante tarea: la formación de la Grande Armée.
Proclamado el Imperio (1804), Ney es de los primeros en recibir el título de Mariscal del Imperio, siendo destinado al VI Cuerpo de la Grande Armée (destinado en el frente oriental), donde luchara contra austriacos, prusianos y rusos hasta 1808.
Jean Baptiste Kébler
el primero en observar el valor de Ney
En Agosto de dicho año, pasa, junto con el VI Cuerpo, a combatir la alianza anglo-española que dificultaba el control francés en la Península Ibérica. En España, toma Ciudad Rodrigo, asedia Almedia y batalla en Río Côa, pero las desavenencias entre la cúpula militar francesa (Masséna y Soult se oponían al proceder de Ney) hacen que el Emperador llame al Mariscal a París en 1810.
En el transcurso de los preparativos para la campaña de Rusia (1812), es asignado al III Cuerpo y participa activamente en la victoria francesa en Borodino.
Cuando se confirma que la campaña terminará en desastre, Napoleón ordena al recién nombrado Príncipe del Moscova que se encargue de salvaguardar la retirada francesa a Polonia, cumpliendo su cometido hasta ser el último soldado francés en cruzar el puente sobre el río Kovno.
Una vez derrotado Napoleón en Leipzig, en la llamada Batalla de las Naciones (1814) e invadida Francia por los aliados de la Sexta Coalición, Ney participa activamente en la defensa. Sin embargo, una vez José Bonaparte capitula París ante los prusianos, los principales Mariscales del Imperio se reunen en Fontainebleau, donde redactan un manifiesto solicitando al Emperador su abdicación como único camino hacía la paz. Ney es el encargado de hacerle llegar dicho documento a Napoleón.
Desterrado Napoleón en la isla de Elba, Ney acude, el 29 de Abril de 1814, ante el nuevo rey de Francia, Luis XVIII, quien le reconoce sus títulos de Duque de Elchingen y Príncipe del Moscova, así como sus condecoraciones militares, añadiéndole la condición de Par de Francia. Incomodo en la nueva corte, decide retirarse a sus posesiones.
El 6 de Marzo de 1815 es llamado por Luis XVIII para informarle que Napoleón ha escapado de Elba y desembarcado en Francia con el propósito de hacerse con el poder nuevamente. Ney jura, ante el rey, traer a Napoleón en una jaula de hierro.
Sin embargo, ante la aceptación, por parte de los habitantes de las poblaciones por donde pasa Napoleón, de la vuelta del Emperador, Ney proclama ante sus soldados que no reconocerá otro monarca legitimo que no sea Napoleón, uniéndose a los partidarios del regreso del Emperador (15 de Marzo de 1815).
Por otro lado, envía una misiva a Napoleón advirtiéndole de sus intenciones:
Voy a unirme a vos, pero no por consideración ni afecto hacía vuestra persona. Antes seré prisionero vuestro, que partidario de vuestra causa, si vais a gobernar como un tirano. Juradme que en el futuro no os ocupareis más que en reparar los males que hayáis causado
Tras su reencuentro, el 17 de Marzo, en Auxerre, marchan juntos hacía París. El tiempo dirá que esta acción marcó el destino del talentoso Mariscal.
Fusilamiento del Mariscal Michel Ney 
Derrotado en Waterloo, Napoleón es nuevamente forzado a abdicar y exiliado, esta vez, a Santa Helena, de donde no habría de volver con vida.
Ney, en cambio, no tiene tanta suerte. Luis XVIII, sediento de venganza por su traición, y a modo de ejemplo para otros, ordena que El Rubicundo sea juzgado y condenado por un Consejo de Guerra. Ney rechaza esta vía y clama ser juzgado por la Cámara de los Pares. Es declarado culpable y condenado a morir fusilado.
El 20 de Noviembre de 1815, es conducido hacía el muro trasero de los Jardines de Luxemburgo, donde ha de ser fusilado. El Capitán del pelotón accede a que sea el mismo Mariscal el que dé la orden de disparar. Ney, dirigiéndose a los soldados, clama su inocencia:
¡Soldados, rechazo ante Dios y ante la Patria el juicio que me condena! He luchado cien veces por Francia y ninguna contra ella. Apelo ante los hombres, ante la posteridad, ante Dios. Apuntad directo al corazón. ¡Viva Francia!
Fue enterrado, de manera rápida y precipitada, en el cementerio parisino de Père Lachiere, donde se le erigió un fastuoso mausoleo.
Mausoleo de Ney en Père Lachiere

 

EL MISTERIOSO PETER STEWART NEY

El pasado de Peter Stewart Ney  antes de su llegada al puerto de Charleston en 1818 permanece sumergido en las oscuridades de la Historia.
Sello del Davidson College,
 ideado por Peter Stwart Ney
Tras su llegada a Estados Unidos, P.S. Ney estuvo desplazándose, continuamente, por todo el territorio de las dos Carolinas, durante los siguientes cuatro años, ejerciendo la enseñanza del francés como forma de ganarse la vida, consiguiendo, con ello, una reputación de persona culta y de amplios conocimientos.
En 1822 se asienta como profesor en Mocksville, Carolina del Norte, donde continua impartiendo clases de francés.
Allí permanece hasta su entrada en el Davidson College, en 1840, viviendo a caballo entre Florence y Davidson. 
Tras la fundación del Davidson College, en 1837, se ofrece a Ney una plaza como profesor siendo, además, designado, por una Comisión de Síndicos del recién fundado Colegio, para que diseñase el sello que, a día de hoy, siguen empleando en el Davidson College.
Como ya he comentado, P.S. Ney fue considerado una persona respetada por las comunidades donde residió desde su llegada en 1818, lo que le permitió ser invitado a diversas fiestas organizadas por las familias adineradas de dichas poblaciones, donde y, quizás, en contra de su voluntad, se fraguó la leyenda y el misterio al que hacemos referencia.
Falleció en Davidson el 15 de Noviembre de 1846, a los 77 años de edad.


¿PETER STEWART NEY O MICHEL NEY?

Esta pregunta recoge, por sí sola, la división existente entre los historiadores. Para los historiadores franceses, la respuesta es bien sencilla: el Mariscal Ney fue fusilado en 1815 y sepultado en el cementerio parisino de Père Lachiere; por contra, los historiadores norteamericanos no lo tienen tan claro. ¿Cómo pudo ser que Peter Stewart Ney conociese aspectos íntimos de la vida del Mariscal, así como grandes conocimientos, y detalles concretos, de las diversas batallas en las que intervino el Mariscal?
Según testigos contemporáneos a Peter Setwart Ney, en cierta ocasión, durante el transcurso de una fiesta, el profesor Ney, aparentemente ebrio, comenzó a dar detalles específicos de diversas batallas ocurridas a lo largo y ancho del continente europeo, guardando, todas ellas, un único nexo común: en todas ellas participó Michel Ney.
En lo referente a la muerte de Ney, el profesor explicó que Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington, era masón, al igual que Ney. No considerando justo la condena a la que fue sometido el Mariscal, le propuso simular su muerte bajo el pelotón de fusilamiento y, posteriormente, dar el "cambiazo" con el cuerpo que debería ocupar su tumba, siendo este enterrado a toda prisa y sin la presencia de la familia de Ney. Después, facilitó todos los tramites para que abandonase Francia de forma clandestina.
Comparativa de la escritura de Peter Stewart Ney (izq.) y Michel Ney (dcha.)
Otro dato. Cuando se tuvo conocimiento, en Estados Unidos, de la muerte de Napoleón en la isla británica de Santa Helena (5 de Mayo de 1821), Ney se hallaba impartiendo clase a sus alumnos cuando uno de los estudiantes de la escuela irrumpió en el aula anunciando la muerte del Emperador francés. Los testigos observaron como, al recibir la noticia, la tez del profesor se tornó pálida, sufriendo mareos y desmayos hasta el punto de tener que ser trasladado a su domicilio. Una vez allí, según los testigos, el profesor Ney trató de suicidarse degollandose, siendo salvado por unas amistades que, interesadas en su salud, fueron a visitarle. Lo encontraron inconsciente mientras la sangre le fluía de la herida autoinfligida, siendo trasladado a las dependencias médicas de la población donde pudo contenersele la hemorragia.
El siguiente dato fue recogido, precisamente, por el medico que atendió sus heridas suicidas. Al realizarle un examen físico, este médico determinó que el profesor Peter Stewart Ney presentaba diversas heridas producidas, sin lugar a dudas, en el transcurso de una acción bélica. Curiosamente, en las mismas zonas donde el Mariscal Ney resultó herido (el muslo, la muñeca, el cuello,...).
Otro dato que podría zanjar el debate es la prueba grafológica realizada al comparar la escritura de ambos (Ney y Stewart Ney). Según el grafólogo neoyorquino David Carvalho, al examinar ambas escrituras no tuvo la menor duda al afirmar que ambas, escritas con un lapso temporal de más de veinte años de diferencia, están escritas por la misma persona.
Otra pista podría ser la supuesta tumba norteamericana de Ney. En su epitafio se puede leer:
A la memoria de Peter Stewart Ney, nativo de Francia y soldado de la Revolución Francesa de Napoleón Bonaparte, quien partió de esta vida 15 de Noviembre de 1846. 77 años de edad.
Tumba norteamericana de Ney

Sin lugar a dudas, ninguna de estas aportaciones pondrá fin a la incógnita histórica que representa la muerte de Ney en 1815.
La única prueba que podría terminar con este debate es el realizar una prueba de ADN sobre los restos de Ney (tanto los presentes en su tumba de Père Lachiere como los que se encuentran en Carolina del Norte) y compararlos con los de algún familiar directo del celebre Mariscal francés.
Mientras tanto, y hasta que se halle una solución definitiva para aclarar donde reposan los restos mortales de Ney, dejemos que descanse en paz, tal y como pidió en su lecho de muerte.
Bessières esta muerto; la Grande Armée esta muerta;

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